ORTOPEDIA MAXILAR
La ortopedia maxilar es básicamente el arte de corregir desalineaciones en los huesos de la mandíbula y el maxilar, es decir, donde reposan tus dientes. Esto no solo ayuda a que tu sonrisa luzca espectacular, sino que también asegura que tus dientes se alineen correctamente para una función óptima. Piensa en ello como poner los cimientos perfectos para una casa, pero en tu boca.
La ortopedia maxilar se divide según su ubicación y su colocación así:
UBICACIÓN
Extra Orales
Este dispositivo se coloca por fuera de la boca, a menudo durante la noche, y ayuda a guiar el crecimiento de los huesos de la cara y la mandíbula. Su objetivo es asegurarse de que todo encaje perfectamente en el futuro. Es como tener un entrenador personal para tu mandíbula, asegurándose de que crece en la dirección correcta.
Intra Orales
Piensa en ella como una herramienta secreta que trabaja detrás de escena (bueno, detrás de tus labios, para ser exactos) para asegurarse de que tus dientes y maxilares se ubiquen como deberían. Se colocan directamente en la boca, la ortopedia intraoral maneja y orienta el crecimiento óseo y la posición de los dientes en los niños y adolescentes. Es genial porque trabaja aprovechando el crecimiento natural, lo que puede significar menos trabajo ortodóntico en el futuro.
COLOCACIÓN
Fijos
Este tipo de tratamiento utiliza aparatos que se fijan en la boca es decir, permanecen en su lugar hasta que el ortodoncista decide retirarlos. Estos aparatos son diseñados a medida para ajustarse a las necesidades específicas de cada persona. Es especialmente útil en casos donde se necesita una intervención más intensa y controlada para lograr los resultados deseados.
Removibles
Este tratamiento utiliza aparatos que se pueden quitar y poner en la boca, lo cual es genial porque permite una mayor flexibilidad y comodidad para el paciente. El aparato removible se diseña específicamente para cada persona, ajustándose a las necesidades particulares de su desarrollo dental y óseo. Su principal función es guiar el crecimiento del maxilar o mandibula. Lo genial de estos aparatos es que puedes retirarlos para comer, cepillarte los dientes o incluso en situaciones sociales donde prefieras no llevarlos puestos. Esto facilita la higiene.